Convierte los hidratos en fibra con tu congelador
Sí, sí… arroz, pasta, patatas. Lo típico de cualquier plato de batalla puede convertirse en un plus para la salud digestiva. Solo hace falta el congelador. Y un poquito de intención.
¿Qué pasa exactamente?
Cuando se cocinan alimentos ricos en almidón (como los que ya suenan: arroz, patata, pasta…) y después se enfrían y se congelan, el almidón cambia su estructura.
Este proceso lo transforma en almidón resistente.
👉 Lo interesante: el cuerpo no lo digiere como un hidrato más. En lugar de convertirse en azúcar, actúa como fibra y llega directo al colon, donde alimenta a las bacterias buenas.
🧠 Beneficios:
• Mejora la salud intestinal 🦠
• Regula el azúcar en sangre 📉
• Aumenta la saciedad 😌
¿Qué alimentos se pueden “fibra-transformar”?
Aquí van los más fáciles de preparar y reconvertir:
Patatas: cocidas, enfriadas, congeladas y luego al horno o en ensalada.
Arroz (blanco o integral): cocido, congelado y recalentado.
Pasta: aún mejor si se saltea con un poco de aceite tras salir del congelador. 🍝
Plátanos verdes: ya son ricos en almidón resistente, y congelarlos potencia el efecto.
Para que el almidón resistente no desaparezca, mejor evitar hervir de nuevo. Estas son las mejores formas de recalentarlo:
En sartén (extra de sabor y textura crujiente)
Al vapor
En microondas (perfecto si hay prisa)

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