Las fiestas de pueblo más locas y divertidas
Hay quienes asocian agosto con playas, chiringuitos y siestas eternas. Pero si algo caracteriza al verano español son las fiestas populares: un despliegue de tradiciones, bailes, trajes típicos y celebraciones que te hacen pensar que vivir en un pueblo puede ser el mejor plan del año. Porque no hay verano sin fiestas patronales, sin la banda municipal tocando Paquito el Chocolatero o sin la charanga con más ritmo que el DJ de la discoteca.
Y sí, lo confesamos: nos encantan. Así que, como buenos observadores del folclore veraniego, aquí te dejamos un recorrido por algunas de las tradiciones más divertidas y curiosas de las fiestas populares más auténticas del verano español:
1. Romería Vikinga (Catoira, Pontevedra) Sí, has leído bien. En esta romería del 3 de agosto, los vecinos se visten de vikingos y simulan un desembarco en las Torres del Oeste. Hay batallas, cuernos de cerveza y mucho humor gallego. Es como una peli de acción medieval, pero en chanclas.
2. Nochevieja en chanclas – Bérchules (Granada) En este pueblo granadino han decidido que esperar a diciembre es demasiado, así que celebran la Nochevieja… ¡en agosto! Todo empezó por un apagón que dejó al pueblo sin campanadas una Nochevieja de los 90, y desde entonces decidieron que lo suyo era brindar bajo el sol, con uvas, confeti, luces navideñas y hasta fuegos artificiales. Una cita el primer sábado de agosto tan surrealista como divertida, que demuestra que en España cualquier excusa es buena para montar una buena fiesta.
3. Tomatina – Buñol (Comunidad Valenciana) El 27 de agosto, el mundo entero mira a Buñol con una mezcla de fascinación y susto. Miles de personas lanzándose tomates maduros en una batalla que acaba con todo el mundo sonriente y rojo como un gazpacho. Una locura divertida que, aunque no sea para todos, hay que conocer.
4. La Cordà de Paterna (Valencia) Si te apasionan los fuegos artificiales, prepárate para este espectáculo pirotécnico sin igual. Más de 70.000 cohetes iluminan la noche del 31 de agosto en una tradición ancestral que mezcla respeto, riesgo y adrenalina a partes iguales. Aquí los petardos no se tiran, se veneran.
5. Fiesta Mayor de Vilafranca del Penedès (Cataluña) Del 29 de agosto al 2 de septiembre, esta localidad catalana se convierte en el paraíso de los castells, esas torres humanas que desafían el equilibrio (y el vértigo). Añádele pasacalles, fuegos y vino del Penedès, y tienes un fiestón en vertical.
Así que si este verano pasas cerca de alguno de estos pueblos, ya sabes: déjate llevar por la música, la comida y la magia de unas fiestas que solo se entienden con el corazón… y con una buena camiseta de repuesto.
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