¿Por Qué Algunos Cuadros Nos Llegan al Corazón?

 

¿Te ha pasado alguna vez que te quedas embobada frente a un cuadro y no sabes muy bien por qué, pero te encanta? ¿Como si ese lienzo estuviera diciéndote algo sin palabras? Pues resulta que no es solo cosa tuya (ni del vino). La neurociencia tiene algo que decir.

El catedrático Jesús Giráldez acaba de publicar Un neurocientífico en el Museo del Prado, un libro en el que explica cómo artistas como Velázquez, Tiziano o Da Vinci sabían muy bien (aunque sin saberlo del todo) cómo funciona nuestro cerebro cuando observa arte. ¿Y qué hacían? Usaban la composición, la luz, los colores y hasta la mirada de los personajes para hackearte el córtex y que no pudieras mirar hacia otro lado.

Y ojo, que la cosa va en serio: estudios han demostrado que cuando vemos una obra bella se activa la corteza orbitofrontal (aka el lugar del cerebro que se ilumina cuando algo nos gusta muchísimo). Y si además hay emoción de por medio, entra en juego otra zona: la ínsula. Vamos, que el arte no solo entra por los ojos, sino que te toca la fibra por dentro.

Y aquí viene la joyita: se ha comprobado que los cuadros originales activan el cerebro mucho más que las reproducciones. Así que ya tienes excusa para perderte en museos: es por salud cerebral.

Si te pica la curiosidad, en Sevilla puedes visitar la exposición “Cerebro(s)” en la Casa de la Ciencia del CSIC, donde exploran justo esto: cómo arte y ciencia se dan la mano para entender qué pasa en nuestra mente cuando algo nos emociona.

Ahora ya sabes: la próxima vez que un cuadro te deje sin palabras, no intentes explicarlo. Tu cerebro ya lo está disfrutando por ti.

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