La piel y el frio de invierno
Una vez que termina el buen tiempo tendemos a no ser tan insistentes con la protección de nuestra piel. Lo cierto es que tras la exposición en verano nuestra piel precisa de cuidados igual de importantes ya que el frio trae consigo consecuencias más que notables.
El frío deteriora la barrera natural de la piel y, por eso, se vuelve frágil, pálida y se agrieta con más facilidad. Esto se debe a que los vasos sanguíneos se contraen para mantener el calor corporal lo que hace que no llegue el suficiente oxígeno a la piel produciendo deshidratación, descamación o grietas.
Para evitar estos daños, te facilitamos algunos consejos que puedes llevar a la práctica en tu rutina facial;
- Usa en casa un humidificador. El ambiente en invierno es mucho más seco, provocando que tu piel se agriete con más facilidad.
- Rutina de hidratación. Punto fundamental para que luzcas un aspecto de lo más saludable. Lo ideal es seguir con un tratamiento por la mañana y otro por la noche para descansar.
- Usar exfoliante. Lo recomendable sería limpiar en profundidad la piel dos veces a la semana.
- Una dieta saludable con muchas frutas, verduras y ácidos grasos omega-3 para mantener nuestra piel suave y flexible.
- Aunque parezca que el sol no nos afecta, no olvides la protección solar y las gafas de sol.
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